CABRAS SOBRE RUEDAS EN DESERT ADVENTURE 2016
Voy a narrar como viví yo una de las mejores experiencias que he tenido en lo alto de una moto desde que empecé en el mundo de las 2 ruedas, pero antes voy a darle las gracias a la organización de la #DesertAdventure y en especial a Jorge porque el trabajo que lleva detrás una prueba de este tipo, creo que no es ni imaginable. Tenían controlado hasta el último detalle para que tanto concursantes como público pudiésemos disfrutar de este “eventazo” al 110%. Fijaos si es así que cualquiera podía descargarse una archivo -.gpx de su web con numerosos waypoints para poder seguir el rally desde varios puntos distintos con unas vistas inmejorables del recorrido.
Todo empezó por casualidad un 27 de enero de este mismo año cuando gracias a youtube vi un vídeo titulado «DESRT ADVENTURE 2016 – FITUR» que no era más que un trailer hecho con imágenes del evento del 2015 que te invitaban a participar, pero que sobre todo te dejaba con ganas de más. Tardé poco en conocer las minucias de la prueba y esperar a que se abriesen las listas de inscripción.
Nunca había utilizado un road book y eso quizás ha sido lo que más me ha gustado del evento. He conocido una nueva manera de disfrutar de la moto a un nivel que no creía que fuese posible. Hasta ahora me dedicaba a seguir el track que me descargaba de wikiloc o que me pasaba algún alma caritativa y con eso me daba más que por satisfecho. Pero este nuevo método para mí y que tantos años se lleva utilizando en el rally mundial por excelencia – EL DAKAR – se lleva la palma. Me faltó llevar un trip master para corregir las distancias cuando me equivocaba porque hacer los cálculos mentales cuando vas en marcha, no es lo más recomendable. Demasiado concentrado iba en la conducción y en la orientación como para encima ponerme a jugar con las matemáticas que tanto he detestado siempre. En cambio el porta road book era muy sencillo, de acción mecánica e instalado de manera casera, que bajo mi punto de vista no hacía falta más ya que se portó de lujo en toda la prueba. Para controlar el tiempo y las distancias utilizaba mi GPS Garmin 64st en modo brújula ya que la prueba era de regularidad y no de velocidad y tenías que llegar a los puntos de control manteniendo una media de 40km/h, objetivo que hacía la prueba aun más complicada.
Las indicaciones de la ruta eran fiables 100% lo que quiere decir que la organización hizo un muy buen trabajo a la hora de diseñar el itinerario. Las instrucciones eran claras y los símbolos sencillos y de fácil comprensión. El trazado a seguir no entrañaba mayor dificultad, era apta para casi cualquier tipo de moto de campo, incluso hubo dos vespas rally que llevadas por ambos pilotos experimentados pudieron terminar el evento con no más de un pinchazo y alguna caída sin consecuencias. Hubo tramos de arena, la mayor parte por la rambla del río Andarax, que quizás era una de las zonas más técnicas por las que pasamos. También hubo una «trialera» sencilla que a más de uno se le atravesó por la rodera de su lado derecho. Y también algunas pistas de grava suelta que provocó algún aterrizaje por parte de los pilotos que disputamos la #DesertAdventure.
Salí de Madrid sobre las 16:45 de la tarde del viernes con la Moto de Jose María García «El Culebra» y la mía en el remolque y con más de 6 horas por delante hasta el punto de encuentro en Almería, el pabellón Moisés Ruiz.
Entre unas cosas y otras acabé acostándome casi a las 3 de la mañana en el hotel Avenida de Almería para levantarme a las 6:45 y empezar con los preparativos de la prueba. Dormí bien a pesar del número tan reducido de horas, pero me levanté más nervioso que cuando tenía un examen en mi época de estudiante y encima había estudiado. En el desayuno conocí a 4 fantásticos moteros del Club Quijott que también venían de Madrid y disputarían la prueba por parejas.
Ya en el pabellón pasamos a recoger los dorsales, los libros de ruta, una camiseta del evento y una acreditación. Justo después sería el brief de bienvenida donde nos explicarían las normas de la prueba, el carácter no competitivo de ésta y nos darían algunos consejos e información del recorrido.
Con todo listo arrancamos los motores de las 200 motos y escoltados por la policía con los semáforos abriéndose a nuestro antojo, pusimos rumbo al punto de control inicial haciendo un ruido tremebundo por las calles de la ciudad situada en el extremo sureste de la península ibérica.
Con el número «1» José María García y con el «56» Jaime Lozano (el de #CabrasSobreRuedas) iniciamos marcha uno a uno cada treinta segundos atendiendo al número de dorsal. En la salida había mucha expectación y algunos aprovechaban la ocasión para demostrar su destreza agarrados al manillar. Ni 20 metros después de la salida había un badén natural que con algo de inercia se convertía en un salto de esos que sientes el cosquilleo por la barriga. Pocos metros después estaría la primera indicación del road book que te mandaba al centro de la rambla donde abandonaríamos la comodidad de una pista de tierra dura por arena fina y traicionera.
Mis nervios por estar en la primera prueba de mi vida del mundo del motor y de no haber utilizado este sistema de orientación nunca, hicieron que me marcase el objetivo de alcanzar a la KTM 1190 R que había salido 30 segundos antes que yo junto con su amigo a lomos de una GS800 adventure.
Poco tardé en alcanzar al piloto con dorsal 55 así que pensé que sería mejor alcanzar al número 54 que iría algo más ligero pero también me pareció que llevaba un ritmo algo más lento de lo normal y en lo que no estaba pensando era en mantener la media de los 40. Ambos dos eran los pilotos de las motos recién nombradas que tan sólo en ese momento fueron a una velocidad moderada, ya que en varias ocasiones a lo largo del fin de semana tuve el placer de montar con ellos y me parecieron dos pilotos excelentes con un ritmo de lo más alegre.
Poco tardé en darme cuenta que cuanto más ligero iba más fácil me resultaría andar por la arena así que uno a uno fui pasando motos hasta llegar al primer punto de control donde me dijeron que me había adelantado en 13 minutos. Fue entonces cuando recordé el significado del nombre de la prueba, rally de REGULARIDAD y así fue como sumé mis primeros puntos de penalización.
A partir de entonces fui algo más tranquilo aprovechando también para hacer paradas de manera esporádica para grabar a los participantes que iban detrás de mí. Empecé a cogerle «el tranquillo» a eso del road book, los nervios se me habían pasado ya, no me dolía la barriga y las vistas eran preciosas; así que mi satisfacción y disfrute estaban al máximo nivel. Continuando por el carril de subida de piedras sueltas detrás de un grupo de 5 moteros a un ritmo que me haría no penalizar en el siguiente punto de control, leí en mi porta libro de ruta que en el kilómetro 60 había una cuesta peligrosa donde en el briefing nos habían recomendado subir pegados al lado izquierdo ya que el derecho había una zanja provocada por las últimas aguas torrenciales. Pensé entonces que lo mejor sería adelantar a este grupo para poder subir «la trialera» a mi antojo.
Hecho esto, a mitad de la cuesta me topé con una xr650 que iba a buen ritmo, pero pensé también en adelantarla por dentro de la rodera ya que era el único hueco libre. Debido a lo rota que estaba la subida la honda no paraba de dar bandazos de un lado para otro por lo que decidí mantenerme detrás de ella hasta la cima. Arriba mantuvimos ambos pilotos una conversación sobre lo que nos había gustado este tramo de unos 600 metros marcado como peligroso.
Después una pista muy ancha y en muy buen estado que había que abandonar para tomar un carril diagonal a ésta. Me equivoqué de cruce 200 metros antes de la indicación y ascendí por un cortafuegos sin complicación. Llegando a la parte más alta me di cuenta de que no había marcas de otras motos en el suelo así que apagué el motor y escuché como el resto de participantes no habían abandonado la pista principal donde yo lo había hecho. Me di la vuelta y esta vez si, tomé la dirección correcta.
Poco más tarde la pista se convertía en una zona de patinaje donde más de uno tuvo algún susto, después algo de carretera y por último una rambla para terminar la primera especial en Macael. Allí comimos, descansamos algo y sobre todo aprovechamos para conocernos un poco mejor. La mayoría de participantes éramos de Andalucía pero venía gente de todas partes, incluso había alguno que venía de fuera de España. Hice algo más de migas con Javier de Santander poseedor de una KLX 300 con el faro de una 650 y que tenía el dorsal 57.
A las 15:35 habiendo hecho las fotos de rigor salió el primer piloto y como en la manga anterior, salimos uno a uno cada 30 segundos hasta que llegó mi turno 22 minutos más tarde. Enseguida teníamos la primera subida picante con mucha piedra suelta y que terminaba en un punto de control sorpresa que servía para controlar a los participantes que corrían mucho y que justo antes de llegar a un punto de control conocido se paraban para hacer tiempo y mantener la media. Luego vendría un tramo marcado como difuso y con una fuerte pendiente de bajada con curvas de 180 grados que si no te abrías lo suficiente habría que bajarse y hacer maniobras. Una vereda entre olivos y 400 metros de carretera para coger otra pista muy divertida donde me paré en la entrada para cambiar baterías a las cámaras y que a más de uno le sirvió para no pasarse la salida. Entre otros me adelantaron los números 55 y 54, KTM 1190R y GS800 ADV respectivamente, retomé la marcha y con bastante dificultad los alcancé unos cuantos kilómetros más tarde. Mantuve el ritmo bastante tiempo detrás de ellos hasta llegar a otra rambla donde me junté con Antonio Shoorem (KTM 690) en un cruce que algunos continuaron hacia la derecha y otros a la izquierda y que tras discutir con mi nuevo compañero durante un minuto tomamos la acertada decisión de girar a la izquierda.
En el km cincuenta y cuatro con algo, ponía que debíamos seguir la rambla. El carril que llevábamos y que discurría por ella lo abandonaba para volverse una pista sencilla. Al darnos la vuelta para meternos de nuevo en la rambla que no estaba clara del todo, Antonio mirando el road book chocó de frente con una Suzuki DRZ que también iba mirando los instrumentos de navegación. Afortunadamente ninguno de los dos sufrió ningún rasguño, tan sólo la moto naranja rompió un protector del buje delantero.
En la rambla había rodadas de motos pero avanzar por ella era muy complicado por la cantidad de rocas, plantas y arena que había; hasta que se estrechaba tanto que decidimos no avanzar más. De vuelta venía otra Suzuki que nos comentaba que unos metros más delante se volvía intransitable así que decidimos volvernos a dar la vuelta y seguir por el carril principal que dejaba de seguir el curso del río perdiendo un tiempo valiosísimo.
El camino que ascendía y por el que era sencillo circular pronto comenzó a descender volviendo a meterse en el surco del agua y te obligaba a extremar la precaución para navegar entre piedras, rocas y arena. No quedaban muchos km hasta el final de la especial y debido a la equivocación anterior, opté por aligerar un poco el ritmo. Una losa gigante me hizo despegar la rueda de atrás del suelo a la vez que me giraba la moto y cuando volvió a aterrizar no pude controlarla y caí fuertemente al suelo.
No sé de que manera recibí el impacto pero al caer me dio un calambre en cada abductor y tras levantar la moto del suelo para que no entorpeciese el paso de los corredores que iban detrás de mi, tuve que tumbarme en el suelo y estirar las piernas para que se me pasara. El dueño de la Yamaha que fue testigo de todo se paró muy amablemente para ayudarme hasta que vino Antonio y le dijo que ya se quedaba él conmigo hasta que me recuperase. En ese tiempo fueron muchas las motos que nos rebasaron y Antonio decidió seguir conmigo hasta el final a pesar de seguir perdiendo puntos.
Cuando retomamos la marcha habíamos perdido muchas posiciones así que continuamos por encima de la media establecida para recuperar algún puesto. Llegados a la rambla del río Andarax donde comenzaba la etapa 1 y en la que tanto había disfrutado nada más salir por la mañana, metí cuarta y empecé a ganar las posiciones que había perdido en el percance. Mientras conducía pensé en los pilotos del Dakar y en cómo eran capaces de soportar un ritmo el doble o triple que el mío durante tantas horas, así que me marqué como objetivo aguantar esa velocidad durante los 15 ó 20 minutos que me quedaban de rambla. Francamente estaba agotado y sabía que si me topaba con algún obstáculo podía sufrir otra caída con alguna consecuencia, pero aun así no bajé de 75 km/h en ningún momento llegando incluso a ponerme a 107 en una ocasión.
Llegué al último punto de control marcado como meta y donde comenzó todo y allí estaba Javier con su KLX con el tubo de escape en la mano, entre otros participantes. Mientras venía Antonio intercambié mis primeras palabras con Fran que tenía una 950 SuperEnduro y que al día siguiente me demostraría sus habilidades en lo alto de ella.
Antonio y yo llevamos las motos al lavadero antes de engrasarlas y guardarlas hasta el día siguiente, después nos cambiamos y empezamos a beber cervezas y a comer montaditos mientras motos y pilotos continuaban apareciendo paulatinamente. Durante las cervezas formamos grupo Javier, Fran, Antonio y yo y quedamos en que la prueba del domingo la haríamos a nuestro ritmo sin atender a la media estipulada. A eso de las once de la noche nos fuimos al hotel que yo había reservado ya que él dormía en su coche y yo tenía una habitación con 3 camas. Finalmente no apagamos la luz hasta casi la una de la madrugada.
Habiendo dormido más que el día anterior, el domingo me levanté con agujetas hasta en los párpados y con un dolor de cabeza de la deshidratación del día anterior que ya había empezado a manifestarse el sábado. Con este panorama y otro rico desayuno en la compañía del grupo Quijott y de Shoorem pusimos rumbo al parque cerrado donde estaban todas las motos. Después de la charla y de cambiar los road books para la ruta de ese día, arrancamos motores y salimos dirección el polideportivo que estaba al final de la Av. del Mediterráneo donde sería la salida de la tercera y última especial.
Llegado mi turno y en presencia de un público abundante (entre otros unos amigos de Jaén y Linares), me emocioné y salí algo más rápido de lo debido, levantando mucho polvo y lanzando piedras hacia detrás. Así que aprovecho la ocasión para pedir disculpas.
El carril bordeaba el polideportivo para desembocar en un cruce donde gracias a la amabilidad de otros espectadores continué sin vacilaciones por otra pista muy rota que enseguida tendría unas vistas increíbles de Almería. En esa subida adelanté a una de las dos mujeres que disputaban la #DesertAdventure en una GS650.
En una zona con buenas vistas, tanto de la pista como de Almería, me paré para esperar a Javi con su Kawa verde y a Fran con su SuperEnduro que en sus manos sería HiperEnduro. Más tarde se nos uniría también Shoorem que había salido antes que nosotros y se paró en un tramo de carretera a esperarnos. Reunidos los tres empezamos a avanzar a un ritmo para mi muy ligero. Empezó Javi a la cabeza y Fran en último lugar por una subida de muchísimas piedras sueltas y grandes que dificultaban mucho el tramo y agotaban las fuerzas de cualquiera. Terminaba en asfalto donde el único piloto de una Africa Twin antigua pero muy cuidada, había tenido problemas con el acelerador y tuvo que pedir asistencia.
Un pequeño tramo de una carretera muy divertida de millones de curvas donde nos esperaba Antonio y vuelta a entrar a una pista en la que estaba seprona al comienzo pidiendo documentación. A nosotros no nos pararon y pudimos enseguida empezar a disfrutar de la nueva pista de tierra de al menos 4 metros de ancho. Esta vez iba yo marcando el ritmo y sobrepasando a todos los participantes que iban a la velocidad indicada.
El exceso de velocidad, el cansancio acumulado, mi falta de práctica o quizás un poco de todo provocó que se me fuese la moto de detrás a la salida de una curva y volviese a caer al suelo sin ningún dolor más que el del bolsillo de la cartera viendo que había doblado de mala manera los soportes de las maletas, la estribera derecha del acompañante y un retrovisor. Enseguida la levanté del suelo y continuamos llevando Fran la batuta.
Y aquí fue donde empecé a ver la Hiper Enduro en acción, sin duda una moto increíble que manejada por este experimentado piloto de cross consiguió que se mantuviese en pie incluso a 134 km/h.
El trazado del domingo no resultaba complicado a la hora de navegar, incluso tampoco lo era en la conducción, pero requería de mucha concentración para no salirse en una curva. Como le pasó a Javier hasta en tres ocasiones distintas, que si no llega a ser porque las zonas donde se salió tenían un gran «arcén» para la frenada, podríamos haber tenido un susto grande. Susto como el que se llevaron dos pobres ciclistas cuando vieron como el piloto de la KLX se les aparecía con la moto totalmente de lado saliendo de una nube de polvo derecho hacia ellos. Anduvieron rápidos de reflejos y empezaron a correr ladera abajo antes de que Javi consiguiese hacerse con el control de la Kawasaki.
La pista continuaba varios kilómetros en la misma tesitura, con una parada de foto entre medias, hasta llegar a un desvío con un punto de control secreto donde empezaría la larga bajada.
Habiendo tomado nota de nuestros tiempos con al #app exclusiva desarrollada específicamente para el evento, empezamos a descender por una pista distinta a la que traíamos y que cada vez estaba en peor estado. Tan mal estado que por culpa de la baja presión en la rueda delantera y las rocas que me tragué entre medias, acabé con 3 llantazos considerables.
Seguía la estela de Fran que cada vez se alejaba más de mi hasta que llegamos al siguiente control donde estaba Pilar, la mujer de José María, con mi cámara haciendo fotos de todos los participantes y que yo aprovecho para poner aquí.
Habiéndonos reunido los tres mosqueteros una vez más, seguimos avanzando hasta llegar al último punto de control y final de la especial en Aguadulce. Allí estaban todos los pilotos que habían llegado antes que nosotros, entre otros El Culebra, con el que volvimos hasta Almería. Cargamos las motos en el remolque y volvimos a Aguadulce con el coche donde nos esperaba una rica paella y unas sabrosas cervezas para reponernos de la paliza del fin de semana.
Salí de allí dirección Madrid algo pasadas las 15:30 y llegué finalmente a mi destino sobre las 22:15 habiendo hecho algunas paradas entre medias.
Me despido volviendo a agradecer todo el esfuerzo y dedicación que ha tenido la organización para llevar a cabo un año más este pedazo de evento que cualquier motero trail o de enduro debería hacer al menos una vez en su vida.
Psd: Finalmente quedé en el puesto 24.
Fantastica cronica y fotos , gracias por compartir , Jaime todo un placer rodar contigo , seguro sera la primera de muchas .
Muchas gracias Ángel, el placer ha sido mio, pero sobre todo espero que como tu dices sea la primera de muchas. Un abrazo
Jaime, con tu comentario de la carrera he podido revivir por segunda vez la misma. Muchas gracias, eres un fenómeno. Espero que volvamos a rodar juntos. Un enorme abrazo
Gracias por el comentario amigo y compañero de fatigas. Ha sido un placer rodar junto a ti y ver como manejabas esa kawa como si fuese una bicicleta. Un abrazo fuerte
Muy buena crónica la estaba leyendo y parecía ke estaba allí otra vez, no te falta detalle
Muchas gracias! La verdad es que a mi el escribirlo también me ha servido para volverlo a vivir. Y es un halago que hayas llegado hasta el final. Un saludo.
Estupenda crónica y fotos Jalo!
Muchas gracias Telecoheter!!!! 😀
Jaime, que bueno haberte conocido y compartir dos desayunos. La crónica estupenda y junto con las fotos, un gran recuerdo. Rfgs…
Muchas gracias Ricardo, a ver si podemos compartir más aventuras como esta. Un abrazo!
Qué buena crónica Jaime!!!! Encantada de haberte conocido. Gasssss
Lo mismo digo Pilar, ha sido un placer tenerte de compañera de aventuras y como fotógrafa oficial de Cabras Sobre Ruedas. Espero que coincidamos pronto y gracias por el comentario.
Gracias por la crónica y un placer haber compartido mesa contigo. ¿Para cuándo la próxima? 😛
Fdo.
El «chino» de la AJP.
jajajajaja ¡¡¡El placer ha sido mío!!! Creo que pasamos un buen rato en la mesa tanto con la anécdota de tu lugar de procedencia como con otras. La próxima en cuanto se pueda, ya he fichado otra ruta similar en Cantabria el 17 de septiembre. Encantado de haberte conocido y espero que nos veamos pronto, un abrazo.
Si ya tenía ganas de participar en esta prueba después de leer tu fantástica crónica aún más.
Me alegra que fuera todo tan bien.
Un abrazo de mi parte al Culebra!!
Muchas gracias, ¡qué halago!
En cuanto lo vea le daré un abrazo de tu parte, un saludo.
Hola!!! Muy buena la cronica, ademas salgo en una foto!,!
Si te gusta la navegacion con roadbook ven por Murcia. Nuestro club, Murcia Off Road, organiza al año 4 o 5 rutas por la Region, en todas preparamos el roadbook para fomentar esta forma de navegar, a nuestro juicio mucho mas divertida y segura que el gps. Puedes seguirnos en facebook. Nuestra próxima ruta es el 16 de julio. Animaos a probar el off road Murcianico!!!
Un saludo!!!
Muchas gracias por el comentario y por el ofrecimiento, me voy a pasar por vuestra página y te comento, porque me ha encantado este nuevo estilo de navegación hasta ahora desconocido para mi. ¡Gracias!