Prueba Honda X-ADV

 

 

HONDA X-ADV

 

Para mi debut en MotorBike Magazine como probador de motos hemos escogido la Honda X-ADV, un nuevo y revolucionario concepto

al que la marca nipona ha bautizado como el SUV de las dos ruedas. Me hacía especial ilusión puesto que mi experiencia en motos de ciudad

es bastante limitada, sobre todo teniendo en cuenta que para mi día a día utilizo la KTM 990 adventure R. Por eso la primera moto urbana con

carácter off-road me parecía una oportunidad estupenda para esta ocasión tan especial.

Nada más recogerla lo primero que me llamó la atención de la Honda X-ADV antes de ponernos a sus mandos es la estética. Goza de un diseño agresivo e innovador

de formas robustas e imponentes que marca una fuerte diferencia respecto a otros modelos de su sector. Al sentarme en ella el día antes de la prueba para disfrutarla

durante toda una semana pensé -en parte por su aspecto- que iba a subirme a una scooter, pero la impresión es totalmente contraria, asemejándose más a un moto

tipo aventurera como a la que estoy acostumbrado. Fue entonces cuando supe que nos íbamos a llevar muy bien.

 

UN SCOOTER CON CARACTERÍSTICAS OFFROAD

 

Por la ciudad ya me transmitía buenas sensaciones, permitiéndome moverme con agilidad entre el caótico tráfico de Madrid gracias a que bajo su motor de dos cilindros

en paralelo de 745 cc de potencia se encuentra el sistema de transmisión de doble embrague DCT que monta su prima mayor la CRF 1000L y que lanzó Honda por

primera vez en el 2010 en su modelo VFR1200 F. Un motor con una caja de seis velocidades que te permite escoger entre cambio automático (A) o manual (M)

para mayor disfrute en carretera o fuera de ella a través de unas levas montadas en la piñonera izquierda. El comportamiento es muy alegre y divertido con un buen

par que en el modo de conducción -sport- se puede exprimir al máximo para salir de lado en cualquier curva (en tierra). Cabe destacar la sorprendente respuesta desde

bajas revoluciones y el rugir de su escape en altas. Otra de las cosas buenas de este motor es que a parte de ser siempre el primero en salir de los semáforos, los fines

de semana te permite disfrutar de pequeñas aventuras yendo más lejos, sumado también a su pantalla graduable en altura, a su estabilidad y ergonomía que te permitirán recorrer grandes distancias sin que pesen los kilómetros.

 

 

X-ADV >> CRUCE DE ESPECIES

 

Si bien no es una moto R con la que puedas competir, podrás salir a rutear con tus amigos gracias a la explosividad de su motor y a la posición de conducción de ataque, que

te harán mantener el ritmo de tus compañeros. Responde sobradamente a las exigencias de los pilotos más rápidos que quieran disfrutar de una buena aceleración a la salida

de cada curva para entrar apurando al máximo la siguiente gracias a sus frenos ABS y su horquilla de largo recorrido ajustable regulable en precarga y extensión.

Una de las cosas que más me ha impactado es que a pesar de que no está pensada para un uso off, podrás hacer incursiones en el mundo de lo marrón gracias a todas sus

prestaciones fuera de carretera.  La firma japonesa ha hecho una auténtica obra de ingeniería al conseguir que un modelo tipo scooter como es la Honda X-ADV se convierta

en un modelo off-road gracias a innumerables detalles como algunos de los que enumero.

Lo primero a destacar son sus estriberas trail, situadas en la parte más baja de la moto para ofrecer una mejor posición y poder ir erguido, así como bajar el centro de gravedad

lo máximo posible. Dos cualidades muy a destacar para un uso por campo. Otra notable mejora es la suspensión ajustable de cartuchos como la que viene en la Africa Twin

(de menor recorrido) y el monoamortiguador trasero ajustable en precarga del muelle.

 

 

Llegando a mi casa el primer día ya me percaté del trabajo fino que había hecho Honda con el tema de las suspensiones. Tuve que subir un escalón de una acera como si de un

simple bache se tratase. Luego en campo me transmitió aun más confianza cuando de un pequeño golpe de gas en una sobresaliente piedra pegué un brinco que recepcionó como

como si nada. Las irregularidades del terreno las absorbe con facilidad y la posición del manillar así como la anchura de éste, te harán dudar sobre la montura que llevas entre

tus piernas, más similar a una trail convencional que a una moto urbana. Y para rematar la faena monta llantas de radios tipo tubeless por si prefieres prescindir de las cámaras tradicionales

y así asegurar una vuelta a casa sin pinchazos.

Pero no todo podía ser tan perfecto. El tema del peso es un factor muy a tener en cuenta en la X-ADV, estamos hablando de una moto de 238 kg con la cual no es fácil maniobrar

en parado. Por no hablar de lo que constaría levantar ante una posible caída en un uso off. Otro asunto mejorable es que no trae ABS desconectable y eso teniendo en cuenta que

es una moto pensada para hacer pequeñas incursiones fuera de carretera es un problema al que tarde o temprano tendrán que poner solución.

Y una de las grandes pegas de este este crossover del mundo de las dos ruedas, es la piña de instrumentos. Al querer dejar a mano todos los botones que accionan el complejo sistema
DCT más los propios de una moto de serie, han hecho que tengas que distraer la mirada a la hora de tocar el claxon o poner un intermitente en lugar de reducir una marcha.

En cambio su cuadro de mandos me dejó enamorado, me recuerda a los cuadros de las nuevas motos trail que tanto me gustan ya que hereda el de su prima pequeña la CRF 250 Rally.

Y es que de un simple vistazo tienes toda la información básica que necesitas sin necesidad de andar navegando entre distintos displays.

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